Cabello graso: la guía completa para controlarlo
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Tener el cabello graso puede llegar a ser agotador a nivel emocional, de eso no cabe duda. Las personas que sienten que a las pocas horas de aclarar el champú su cabello ya empieza a apelmazarse en las raíces suelen haber probado todo tipo de remedios y tratamientos (muchas veces, sin éxito).
Y sí, ver un poco de aceite en nuestro cuero cabelludo está bien: se trata del sebo que generan nuestras glándulas sebáceas, que se encargan de mantener el equilibrio de la piel y cuidar cada pelo de forma individual, formando una capa protectora a su alrededor. Lo que ocurre es que si estas estructuras se animan más de la cuenta y no llevamos una higiene correcta, podemos terminar con el pelo graso antes de llegar al postre y algún que otro problema más, como la molesta descamación o caspa o incluso experimentar más caída del cabello.
Por eso vamos a indagar sobre cuáles son sus causas y qué puedes hacer para controlar mejor tu cabello graso.
¿Qué es un cabello graso?
Sé que no es necesario que te lo diga, pero consideramos que un cabello es graso cuando las glándulas sebáceas producen más sebo del habitual. Al cabo de poco tiempo tras su lavado notamos que se «ensucia» más rápido de lo normal, y vemos cómo las raíces y los medios se apelmazan y oscurecen debido al aceite. También puede presentar caspa.
En general, el tipo de cabello que más sufre de cabello graso es el que es muy lacio y fino, ya que entre otros motivos la cutícula es más lisa y el aceite viaja más fácilmente hacia los extremos del cabello. En cambio, en cabellos rizados es menos habitual.
¿Cuáles son las causas de un cabello graso?
Las causas de sentir que tu cabello se engrasa más de lo normal son las siguientes:
- Genética: amiga, si tu en tu código genético pone que tus glándulas sebáceas van a ser más activas, así será. Si tienes el cabello graso desde hace años, la causa es probablemente genética.
- Trastornos hormonales: algunos eventos que suceden en la vida de las mujeres como el embarazo, un cambio en la píldora anticonceptiva o cualquier otro desajuste hormonal puede provocar que tu cuero cabelludo segregue más grasa de lo habitual.
- Causas externas: puede que estés utilizando demasiados productos en tus raíces, que no estés aclarando tu champú o acondicionador correctamente, o que tus herramientas de calor no te estén haciendo ningún favor, entre otros.
Cómo cuidar un cabello graso
El cabello graso requiere un poco más de cuidados que un cabello normal. Estos son algunos pasos que puedes incorporar a tu rutina capilar para regular la grasa y mejorar la salud de tu cuero cabelludo.
1. Lava tu cabello de forma más frecuente
No, lavar tu cabello cada día no es malo, pero se trata de un mito muy extendido que ha calado en la mente de muchas personas. Por lo general el cabello fino y liso tienda a engrasarse más que el rizado, y los dermatólogos recomiendan lavarlo a diario.
Si notas que tu cabello empieza a estar demasiado graso o a desprender un olor desagradable es importante que lo laves con el champú correcto, de lo contrario la mezcla de sebo, células muertas y restos de productos se acumula en tus raíces, causando irritación, descamación y otros trastornos del cuero cabelludo. Sí, puede ser un champú sin sulfatos.
2. Aprende a lavar tu cabello de forma correcta
Sí, se supone que aprendimos de pequeños a lavarnos el cabello. El problema es que muchos de nosotros desconocemos cómo debe usarse en realidad un champú.
Para conseguir una higiene correcta del cuero cabelludo debes tomar una pequeña cantidad de champú (una almendra de producto es suficiente), masajearlo un poco entre tus manos y entonces utilizar las yemas de tus dedos para hacer movimientos circulares, ejerciendo una ligera presión sobre el cuero cabelludo durante un minuto. No es necesario que masajees el champú sobre tus medios y puntas (de hecho, este gesto puede resecar el resto de tu cabello), el aclarado final con abundante agua «transporta» el champú de raíz a puntas, y es más que suficiente.
3. Espacia un poco tus lavados
Puede parecer que este punto contradice el primero. Y sí, en parte lo hace: hay ciertas comunidades que afirman que el cuero cabelludo puede «entrenarse» para generar menos grasa si espaciamos los lavados. Yo no lo he probado, pero conozco a algunas personas que sí lo han hecho sin obtener resultados satisfactorios.
Como no es un tema que se haya estudiado no puedo recomendártelo, pero si pese a que lavas tu cabello cada día sigue engrasándose en exceso, podrías probar esta técnica si te apetece (y no te disgusta la idea de pasar semanas con el pelo súper graso).
Eso sí, el cabello rizado o coloreado sí puede beneficiarse de menos frecuencia en el lavado, pero debe acompañarse de un champú clarificante que elimine los residuos de manera más intensa.
4. Prueba un champú con ácido salicílico
El ácido salicílico es un conocido activo para tratar pieles excesivamente grasas y/o con problemas de acné: es soluble en aceite y eso lo convierte en el aliado perfecto para tu cabello graso.
Existen algunos champús que incorporan este ingrediente en su lista de ingredientes, específicos para regular la grasa y mejorar la descamación del cuero cabelludo. Para sacarle provecho al producto, déjalo reposar durante unos minutos antes de aclararlo.
LEER: Cómo hacer que el cabello crezca más rápido
5. No apliques acondicionador ni mascarilla en tus raíces
Los largos de tu cabello agradecerán muchísimo que con cada lavado apliques un acondicionador apto para tu tipo de pelo. E incluso una mascarilla de hidratación profunda una vez a la semana, si notas que lo necesita. Pero unas raíces grasas no necesitan que apliques ningún producto encima que pueda aportarle todavía más residuos: hazlo únicamente de medios a puntos y evita el folículo.
6. Elige el champú correcto
Como con cualquier otro producto de higiene personal, lo que buscamos en un champú es que sea amable con nuestra piel. Si sientes que tu champú actual te causa picor, descamación o irritación del cuero cabelludo, pásate a un champú de uso frecuente (suelen ser más suaves). De lo contrario, tu piel puede comenzar a segregar más sebo para compensar el desequilibrio de la barrera cutánea.
También es buena idea fijarte en las etiquetas y buscar productos dirigidos a personas con el cabello graso.
7. Evita usar planchas de cabello y secadores en exceso
Sí, las herramientas de calor como las planchas y los secadores de pelo nos ayudan a conseguir el resultado que buscamos en nuestra melena. Pero si ya contamos con un exceso de aceite en la raíz, es mejor darle un respiro de tanto calor de vez en cuando.
8. Aplica aloe vera puro como tratamiento hidratante
Para suavizar tu cuero cabelludo y controlar la descamación o caspa, que es habitual en cabellos muy grasos, puedes probar con este remedio natural que tiene como protagonista al aloe vera, la savia de una planta que tiene propiedades antiinflamatorias.
Aplica un poco de aloe vera sobre tu cuero cabelludo antes lavar tu cabello y déjalo actuar durante unos veinte minutos, unas tres veces por semana.
9. No te toques el pelo
Que sí, que resistir la tentación de retorcer los mechones entre tus dedos puede ser muy difícil (lo dice una a la que le cuesta dejar de hacerlo), pero si tu cabello se engrasa con facilidad es algo que debes evitar: las yemas de tus dedos acumulan sebo y suciedad que estás restregando sobre tu melena.
10. Cuidado con los remedios naturales
Algunos de los remedios naturales más populares para controlar el cabello graso incluyen el uso del bicarbonato. Pues bien, huye de este tipo de consejos: este producto es demasiado alcalino y tan solo provocará más irritación.
En cambio, el vinagre de manzana y el aceite de árbol de té sí tienen buena fama. El primero es mucho más ácido que tu propia piel y se dice que puede ser antiinflamatorio, y el segundo es un conocido bactericida y fungicida. Eso sí, asegúrate de diluirlos con abundante agua: de lo contrario podrían irritar también tu piel.
11. Limpia tu cepillo de pelo
Si cepillas tu pelo a diario, entonces una buena cantidad de escamas, grasa y productos capilares va acumulándose sobre las púas de tu querido cepillo de pelo. Asegúrate de limpiarlo de forma regular para evitar que te perjudique.
12. No abuses del champú seco
El champú en seco puede ser muy útil como solución socorrida a unas raíces grasas cuando no tienes tiempo de lavarte el cabello. Pero no conviene abusar de él porque aunque se llame champú, no limpia: enmascara el mal olor a base de perfumes y absorbe un poco de grasa a base de ingredientes como la maicena.
Asegúrate de lavar bien tu cabello después de usarlo al día siguiente para retirarlo por completo.
13. Usa agua tibia para aclarar tu cabello
Si estás intentando normalizar las secreciones sebáceas de tu cuero cabelludo, el agua excesivamente caliente nunca es una buena idea. Reseca demasiado la piel y el cabello, así que utiliza el agua a una temperatura un poco más fría que la de tu cuerpo.
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