9 mitos sobre la vitamina C que no debes creer
La vitamina C es uno de los ingredientes más famosos del mundo del skincare. Y junto con la fama llegan los mitos.
Desde el clásico «bébete rápido el zumo de naranja, que se van las vitaminas » de tu madre, que fue causa de más de una indigestión de camino al cole, hasta el «un sérum de vitamina C le dejó a una amiga la cara naranja como un cheto», vamos bien servidos.
Así que vamos a desmentir uno a uno los mitos más populares que existen sobre la aplicación tópica de este potente antioxidante a través de nuestros sérums de vitamina C (o la forma que prefieras).
¿Qué es la vitamina C?
La vitamina C es un antioxidante muy importante para el funcionamiento del cuerpo humano. La obtenemos a través del consumo de ciertas frutas y verduras y tiene la función de ayudar a generar y reparar nuestros tejidos.
Tiene numerosos beneficios cuando se aplica sobre la piel por su acción antioxidante [1] , por eso es un ingrediente muy utilizado en los productos de cuidado de la piel como cremas hidratantes o sérums. Su capacidad para combatir los radicales libres que se generan cuando nuestra piel entra en contacto con la contaminación, las radiaciones solares u otros agentes externos puede prevenir el daño de las células de la piel.
Mito #1: «La vitamina C provoca sensibilidad al sol»
Este es uno de los mitos más extendidos sobre la vitamina C. No, la vitamina C no hace que la piel sea más sensible a los rayos solares, sino todo lo contrario: se trata de un antioxidante que combate los radicales libres que se generan cuando esta entra en contacto con agresores externos, como las radiaciones solares o la contaminación. [2]
Por lo tanto, si añades un producto con vitamina C a tu rutina de mañana estarás contribuyendo a combatir el envejecimiento prematuro de la piel y defendiéndola de los procesos oxidativos que se derivan de la exposición solar. Obtendrás el máximo beneficio si después de aplicarla terminas tu rutina con un protector solar con SPF +50.
Por otra parte, también puedes introducirla en tu rutina de noche: al final del día contribuye a combatir el daño solar que se ha generado en la piel durante el día, además de potenciar la producción de colágeno y elastina.
Mito #2: «Cuánto mayor sea el porcentaje de vitamina C, mejor»
No, un mayor porcentaje de vitamina C no es necesariamente más efectivo. Aquí entran en juego varios factores, como la estabilidad o capacidad de penetración del derivado de vitamina C que estemos usando.
La vitamina C pura es conocida por ser un activo altamente inestable, que necesita de unas condiciones muy concretas para ser efectivo en el conjunto de una fórmula. Por lo tanto, más importante que el porcentaje es que el producto esté bien formulado en su conjunto. Para acertar en la elección de un producto de calidad, asegúrate de que el laboratorio que lo produzca sea reputado y conocido por sus cosméticos con vitamina C.
Por otra parte, si estás utilizando un derivado de la vitamina C que se absorbe mejor que un sérum con un alto porcentaje de vitamina C pura puedes necesitar un porcentaje mucho menor para ver resultados. Además, ten en cuenta que los derivados de la vitamina C se caracterizan por ser más estables, así que aguantan mejor el paso del tiempo.
Mito #3: «No puede aplicarse un producto con vitamina C sobre piel sensible»
Sí es cierto que un producto con vitamina C pura o su derivado más potente, el ácido L-ascórbico, puede irritar las pieles más sensibles, debido al pH ácido que necesita para ser estable.
Por esta razón hay que optar por formas menos ácidas de vitamina C, como el ascorbyl palmitate o el magnesium ascorbyl phosphate. De todas formas, recuerda que el conjunto de la fórmula es importante.
Mito #4: La vitamina C sólo es buena si hacemos el experimento viral y el agua se vuelve transparente
Este famoso experimento consiste en depositar unas cuantas gotas de sérum de vitamina C en una mezcla de agua con yodo (sí, el clásico Betadine, por ejemplo), que tiene un color marrón oscuro.
Según algunos de los usuarios, si al introducir el sérum y agitar la mezcla el líquido se vuelve transparente, significa que el sérum de vitamina C funciona. Si de lo contrario no se aclara, afirman que nos encontramos ante un sérum que no funciona.
Esto lo único que confirma es que el sérum contiene ácido ascórbico, pero no nos dice si estamos ante un buen sérum o no.
Mito #5: «La vitamina C no puede combinarse con la niacinamida»
Nada más lejos de la realidad: de hecho, existen muchos productos que incorporan niacinamida y vitamina C en sus fórmulas. La niacinamida y la vitamina C combaten la hiperpigmentación de la piel mediante mecanismos diferentes, y por lo tanto funcionan de forma complementaria. Mientras que la vitamina C inhibe la enzima tirosinasa, encargada de generar el pigmento de la piel, la niacinamida bloquea la transferencia de este pigmento entre las células.
Relacionado: ¿puede usarse la niacinamida con la vitamina C?
Mito #6: «La vitamina C protege del sol»
Nos encantaría, pero la vitamina C no nos protege del impacto negativo que tienen las radiaciones solares sobre la piel, como las quemaduras solares. Es decir, no puedes sustituir un protector solar con FPS alto y protección de alto espectro por un sérum con vitamina C.
Lo que sí es capaz de hacer esta vitamina cuando se aplica de forma tópica es combatir la oxidación que sufren las células de la piel cuando se expone al sol, así que es un excelente complemento. [3]
Mito #7: «La vitamina C puede causar manchas en la piel»
Este mito no es completamente falso, aunque no crea el tipo de manchas hiperpigmentadas que estás imaginando ahora mismo. Lo que sí puede ocurrir es que tras aplicar un producto con ácido L-ascórbico que se haya degradado puedas percibir cierto tono anaranjado en la piel de rostro o palmas de las manos.
Este fenómeno se debe a la oxidación de este activo, que se transforma en un azúcar similar al que incorporan los productos autobronceadores. Para evitar que esto ocurra, asegúrate de que estás utilizando un sérum con vitamina C que no haya estado abierto durante mucho tiempo o expuesto directamente a los rayos solares. Como alternativa, también puedes optar por formas de vitamina C menos proclives a la oxidación.
Mito #8: «La vitamina C que ingerimos a través de la dieta llega hasta la piel»
Este mito es parcialmente cierto. Lo que ocurre es que la cantidad de vitamina C que obtenemos a través de nuestra dieta y llega hasta la piel no es suficiente como para proporcionar los resultados que podemos obtener con el uso de un sérum de aplicación tópica.
Mito #9: «Sólo las pieles maduras pueden beneficiarse de la vitamina C»
Sí, las pieles maduras obtendrán muchos beneficios de la aplicación de vitamina C sobre la piel, como una reducción en el aspecto de las manchas y una tez más luminosa en general, pero también los obtendrán las pieles jóvenes.
De hecho, aplicar un producto con vitamina C durante tus 20 te ayudará a prevenir los signos de la edad gracias a sus excelentes propiedades antioxidantes. Recuerda: en el mundo del cuidado de la piel, es mucho mejor prevenir que curar.
Mito #10: «La vitamina C no puede usarse sobre piel grasa»
La vitamina C puede ser usada por todos los tipos de piel. Lo que ocurre es que muchos productos que contienen vitamina C vienen en forma de aceite. Aún así, una piel grasa preferirá un producto menos pesado y de absorción rápida.
Por lo tanto, opta por productos con una forma de vitamina C que sea soluble en agua, como el ácido L-ascórbico, de fórmula ligera y que sean no comedogénicos.
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Fuentes
1. Pullar JM, Carr AC, Vissers MCM. The roles of vitamin C in skin health. Nutrients. 2017;9(8):866. doi:10.3390/nu9080866
2. De Dormael R, Bastien P, Sextius P, et al. Vitamin C prevents ultraviolet-induced pigmentation in healthy volunteers: Bayesian meta-analysis results from 31 randomized controlled versus vehicle clinical studies. J Clin Aesthet Dermatol. 2019;12(2):E53-E59.
3. Murray J.C., Burch J.A., Streilein R.D., Iannacchione M.A., Hall R.P., Pinnell S.R. A topical antioxidant solution containing vitamins C and E stabilized by ferulic acid provides protection for human skin against damage caused by ultraviolet irradiation. J. Am. Acad. Dermatol. 2008;59:418–425. doi: 10.1016/j.jaad.2008.05.004.
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