4 consejos para usar los testers de las tiendas de maquillaje
Cuando era adolescente compartía felizmente mi neceser de maquillaje con todas mis compañeras del colegio. Fenómeno que, aún siendo de naturaleza altruista, puedo asegurarte que en mi vida adulta no volverá a repetirse jamás.
¿El porqué? Pues porque compartir millones de gérmenes con otras personas a través de un caldo de cultivo tan idóneo como es el maquillaje es, además de asqueroso, potencialmente peligroso: sin ir más lejos, el virus del herpes simple puede sobrevivir hasta una semana sobre un pintalabios.
Lo peor de todo es que solemos ir a lugares cuyos productos son restregados de forma indiscriminada sobre los labios, pestañas y pieles de miles de personas. Sí amiga, estamos hablando de las tiendas de maquillaje y cosmética.
¿Significa eso que debemos huir de Sephora o MAC como si nos persiguiera una horda de zombis? La respuesta es un rotundo no. Primero, porque los empleados de este tipo de tiendas están entrenados para realizar rutinas higiénicas diarias para mantener los tester limpios (dentro de lo posible, claro).
Y segundo, porque hay ciertos trucos higiénicos que puedes llevar a cabo para no terminar con un herpes labial o una conjuntivitis. A continuación te ofrezco 4 consejos para evitar las bacterias en los testers o probadores de tiendas de maquillaje.
1. Cuidado con las fórmulas líquidas con aplicador
Como ya te conté en otro post sobre el maquillaje caducado, los productos más proclives a desarrollar un ecosistema en su interior son aquellos en formato líquido, es decir, que albergan más agua en su interior.
Si encima el envase es en formato aplicador, aléjate de ellos muy despacio y sin hacer ruido: el aire que se introduce en el producto cada vez que abrimos y volvemos a introducir la “varita” alimenta con oxígeno a las bacterias.
Por lo tanto, intenta evitar las áreas más delicadas de tu rostro y prueba las máscaras de pestañas, eyeliners o pintalabios líquidos en la cara interna de tu muñeca, a modo de swatches.
2. Aprovecha los productos higiénicos que tienes a tu alrededor
Algodoncitos, bastoncillos para los oídos, papel… Este tipo de ítems que suelen albergar los estantes y tocadores de las tiendas de cosmética pueden servirte como instrumento para limpiar un poco el producto en cuestión, e incluso para recoger una pequeña muestra del área menos “sobada” de un pintalabios, por ejemplo.
3. Pide muestras de maquillaje
Si no estás segura de qué tono de base o pintalabios es el más adecuado para ti, no dudes en pedir muestras: el hecho de que estén selladas y sin estrenar las convierte en las opciones más seguras para probar tus productos favoritos.
4. Compra maquillaje online
Sí, comprar on line puede ser un tanto arriesgado si desees adquirir una base de maquillaje o un corrector, pero es sin duda una opción segura: te ahorras colas en la tienda y los swatches que ves en las descripciones de producto suelen ser muy acertados.
Navegar por los las tiendas virtuales de Sephora, Bobbi Brown o MAC es, además de seguro, una experiencia que te llena de inspiración.