Estos son los productos de skincare que NO necesitas realmente
Amiga, si acabas de aterrizar en el mundo del cuidado de la piel debes de estar realmente abrumada con todos los productos que lanzan las marcas de cosmética. Podrías incluso llegar a creer que necesitas todo lo que lanzan al mercado, pero esto no es así. Y si llevas tiempo en el mundo del skincare y te compras cada nuevo artículo que ve la luz, ya debes de saber que la mayoría de cosas en las que inviertes no son necesarias ni efectivas (pero luces tu consumismo con orgullo, claro está).
¿Por qué ocurre esto? Pues porque al fin y al cabo, la industria cosmética es un sector en alza y las marcas quieren que compremos sus productos. Y cuantos más, mejor.
Ante este escenario es importante diferenciar entre aquellos productos súper necesarios, como el limpiador facial o el protector solar, aquellos prescindibles pero beneficiosos, y aquellos que no sirven para nada o que son incluso perjudiciales para nuestra piel. Vamos a hablar de estos últimos en este artículo.
¿Que cómo saber qué productos necesita tu piel realmente? Para eso ve al apartado de rutinas y hazte con la se ajuste mejor a tu tipo de piel. Pero de momento, vamos a esclarecer qué es lo que NO necesitas:
1. Los dispositivos de limpieza
Sí, primero fue el cepillo Clarisonic y luego el Foreo. Estos dispositivos utilizan vibraciones y cerdas sintéticas o de silicona para limpiar y ejercer una exfoliación mecánica sobre la piel. La realidad es que los cepillos limpiadores pueden acumular muchas bacterias tras su uso, y pueden resultar demasiado agresivos sobre la piel.
Los dispositivos Foreo u otros productos equivalentes no están tan mal (la silicona evita la proliferación de bacterias), retiran bien el maquillaje y exfolian suavemente, pero no son estrictamente necesarios. ¿Alternativa? Usa tus manos. Limpia tu piel con un gel limpiador durante 30 segundos ejerciendo un poco de fuerza, insiste en las áreas más sucias (sobre todo en tu rutina de noche).
2. Las pore strips
Sí, un placer culpable de muchas personas es pegarse una de estas tiras que «enganchan» la suciedad de los poros y arrancarlas para ver todo el material que ha salido de su nariz. No pasa nada por usarlos una vez cada mes (y si tu piel no es excesivamente sensible, claro), pero no es algo que debas usar cada día, ni mucho menos. Al fin y al cabo, se trata de un producto súper agresivo con la piel que no realiza una limpieza profunda.
Para acabar con los puntos negros a largo plazo, lo mejor es empezar con una buena rutina para pieles grasas que incluya activos como ácido salicílico, niacinamida y protector solar.
3. Las mascarillas faciales de un solo uso
Fíjate en los deshechos que generan las mascarillas faciales de un solo uso. Un paquete de plástico, con una mascarilla no biodegradable empapada de producto que se va a la papelera tras estar pegada a tu cara durante 10 minutos. Hay marcas de cosmética coreana que incluso nos animan a a usar una cada día. El impacto en el medio ambiente es enorme, y nos lo podemos ahorrar comprando mascarillas faciales en tarro o tubo. Fin del problema.
4. Los jade rollers (y rollers de otros materiales)
Sí, quedan muy bien en los vídeos de TikTok, pero no son necesarios en tu rutina. Y no, tampoco promueven la producción de colágeno, iluminan la piel, ni funcionan bien contra la rosácea. Lo único que hace este producto por tu piel es un drenaje linfático, así que si algún día has bebido un poco más de la cuenta o tienes los ojos hinchados de llorar puede irte bien para deshinchar la piel. Si crees en la magia de los cristales ya no me meto, pero no se ha demostrado que hagan nada más que ese agradable masaje.
5. Los tónicos
Los tónicos son, históricamente, un producto para reequilibrar la piel después de la limpieza facial que se hacía antaño con jabones agresivos. Los limpiadores de la actualidad no tienen nada que ver con ellos, y no alteran la barrera natural de la piel, por lo tanto, ya no los necesitamos.
Lo que pasa es que las marcas saben que estamos familiarizados con este concepto, así que nos ofrecen productos bajo la promesa de «tónico», pero que actúan como un sérum o esencia, con activos como los péptidos, el ácido salicílico o la vitamina C. Así que no, no necesitamos un tónico de los de antes para mantener una rutina facial completa pero algunos sí nos aportan valor cuando encajan con nuestras necesidades.
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